lunes, 4 de junio de 2012

La elección de Dios

El cristiano cobarde tiene muchos antecedentes en la Escritura, pero no tenía yo por cobarde a este Ananías que fue enviado por el Señor a sanar a Pablo, tras su "encuentro" camino de Damasco. Como me ha encantado el artículo de este amigo católico, (artículo tomado del blog de CristianP en la web http://www.redcamino.com/) os lo reproduzco a continuación:

Ananías: Construyendo la artillería pesada de la evangelización.

Todo lo que les hacia falta a los discípulos lo tenia Pablo, ¡y en grandes cantidades!. Pablo tenía una combinación tremenda: preparación religiosa e intelectual y una radicalidad bestial. Una vez vi un toro embistiendo un auto, así me imagino a Pablo, una tonelada de músculo corriendo a todo tren en una sola dirección, no hay manera de detenerlo hasta el choque.

Mas allá del hecho que Pablo estaba en el "equipo equivocado", es de admirar su enorme amor y respeto a Dios, porque el tipo perseguía a la Iglesia no por malo sino porque sinceramente creía que estaba sirviendo a Dios haciendo eso. El celo que lo consumía era un fuego que no tenia limites, mientras los apóstoles se escondían temerosos, este tipo tenia una personalidad tan fuerte que se iba a pecho descubierto frente a lo que fuera por hacer lo que consideraba correcto. Su preparación intelectual y religiosa era impecable, tenia acumulado en su interior todo el conocimiento que no tenían los discípulos originales pero, y este es el gran "pero", no sabia que le faltaba "la llave" que hacia que todo tuviera sentido.

Este tipo no necesitaba catecumenado, no necesitaba ser enseñado, a este lo que se le debía hacer era cambiarle la dirección, poner todos sus dones hacia el camino correcto, en otras palabras agarrar al toro en plena carrera, levantarlo en vilo y ponerlo en la dirección contraria y ¡que Dios se apiade de su nuevo objetivo! ;). Para hacer cambiar de dirección a semejante fuerza de la naturaleza se necesitaba una fuerza aun mayor, solamente Aquel que es capaz de calmar a las tormentas podía mandarle a este huracán que se volviera por el camino por el que venia. Y así fue.

Mucho toro, huracán o lo que sea pero se topó con uno mas grande que Él, "duro es para ti dar coces contra el aguijón", me imagino la tremenda impresión de Pablo al oír al Señor, para él Jesucristo era un impostor, una blasfemia, un cuento inventado por un grupo de gente que atentaba contra todos sus pensamientos sobre la divinidad, y sin embargo, ¡estaba allí!, frente a él, hablándole, ¡vivo! Los siguientes tres días de ceguera y ayuno total deben haber sido tremendos hacia el interior de él, todo su mundo estaba patas arriba, el toro levantado en vilo, los dolores del parto de la fe, la confusión de todas las piezas moviéndose de lugar para buscar la posición correcta, el caos total mientras se va gestando el nuevo orden de ideas y pensamientos.

Mientras tanto, para atender este "parto" Jesucristo se buscó un miedoso: Ananías. Digo que es miedoso porque no ha cualquiera se le aparece Jesucristo en persona para decirle que haga algo y se atreve a ponerle excusas. Ananías le tiene miedo a Pablo, razones le sobraban para temerle, lo curioso es que Jesucristo le esta diciendo que vaya y es tanto su pavor por el perseguidor que en lugar de decirle "ya voy", le dice lo que Pablo ha hecho contra los cristianos (como si Jesucristo no lo supiera ;)). La paciencia del Señor es increíble, en lugar de decirle "ve, por que yo digo que vayas", le explica que Pablo es un instrumento elegido por él para hacer cosas grandes y que, además, Jesús le explicará a Pablo todos los sufrimientos que vivirá por hacer su misión. Es curioso como el Señor no busca un "grande" para tratar con Pablo, no busca a Pedro, Santiago o incluso a Juan, busca a un sencillo, uno mas, uno lleno de temores, un pequeño.

Admiro a Ananías porque con todo y su temor va, no huye, no toma el barco en la dirección contraría como Jonas, se va a enfrentar al monstruo, obedece, aun con miedo, pero obedece. Imagino su sorpresa al ver a su temido Pablo que tiene tres días sin comer y ciego, totalmente derrotado y confuso. La artillería pesada de Dios va a ser introducida a la fe por la mano del débil y cobarde. La infantería de Dios esta compuesta de grandes y pequeños. Grandes cosas hace el Señor con TODOS aquellos que contestan "SI" a su elección.


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