Aún impresionado por los tristes acontecimientos de Madrid, con la muerte de cinco chicas jóvenes en una "macrofiesta", se me ha ocurrido escribir sobre cómo trata nuestra sociedad a los jóvenes y adolescentes.
He estado muchos años llevando grupos de jóvenes, y sé que son capaces de lo mejor. Su afan de la verdad y su capacidad de entrega está todavía virgen de desengaños y dolores, por lo que son como una planta recien florecida, que todavía no ha sufrido sequías, tempestades ni huracanes, y conservan la frescura y la belleza de un potencial inmenso, pendiente de destino.
Pero por esa misma razón, los jóvenes son tremendamente manipulables, y los medios están continuamente intentando llevarlos hacía unas actitudes y unos valores que, en el fondo, solo sirven para que dejen de PENSAR y se dediquen a SENTIR. Acaso me diréis si es que es malo sentir, y tengo que decir rotundamente NO. Pero están convirtiendo a nuestros jóvenes en animales instintivos, que se dedican a conseguir los mayores placeres, sintiendo hasta el límite, y perdiendo la perspectiva de una vida plena.
¿Es que los jóvenes son solo como "animalitos" que viven de sus instintos? No, no es cierto. Se les puede educar así, y de hecho los medios de comunicación, las series televisivas, intenet, etc. tratan de explotar este aspecto en su propio provecho.
Pero los jóvenes son capaces de otra cosa, son tremendamente sensibles a la Verdad, y si se les ayuda a pensar por sí mismos, si se les motiva, si se les enseña a afrontar las dificultades con entereza, te conviertes para ellos en una referencia segura para los momentos de dudas y dificultades, y te sorprenden muchísimo por la capacidad que te van a demostrar.
Ánimo. Otra forma de vivir es posible.
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