Vivimos en frente de un supermercado, y el otro día pasó una cosa que impresionó mucho a mis hijos. Al parecer, un hombre que acababa de robar en el supermercado, salió corriendo del mismo; con tan mala suerte que al cruzar la calle a gran velocidad, pasó un coche que le atropelló involuntariamente.
Pues hoy, varios días después del suceso, uno de mis hijos, el de 4 años, se ha puesto a "reflexionar" mientras comía:
- Oye, mamá. El señor del otro día ¿ya estará en la cárcel?
- Pues...
- Porque el que roba, va a la cárcel ¿verdad?
- ...
- Le habrán tenido tres meses por haber robado... (silencio)
(siguió reflexionando sin que nadie le dijera nada)
- Pero a lo mejor robó porque no tenía nada que comer ¿no?
- Seguramente, hijo
- Y por eso robaba. Porque si no comes ... te mueres, ¿no?
- Claro
- Y te vas al cielo con Jesús...
- ...
- Dame la manzana, mamá.
Los niños nos enseñan cada día.
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