Hoy he quedado impresionado leyendo un artículo de la web Religión en libertad.
Por mi labor profesional estoy constantemente en contacto con personas que están pasando apuros económicos, y sé que los grupos parroquiales de Cáritas no dan abasto con la cantidad de gente que viene a pedir ayuda.
Pero lo último que esperaba era que una política comercial de una multinacional fuera aprovechada por los que menos tienen para dar de comer a sus hijos. Realmente duro ver estas situaciones, pero también hay una realidad evidente, que es que se cumple aquello de que "la necesidad agudiza el ingenio". Llevamos muchos años de vida fácil, y ahora que las cosas se complican, la gente se busca sus habichuelas como puede.
Solo espero que la durísima situación por la que algunos están pasando nos sirva a todos para ablandar los corazones, y nos haga mucho más generosos. El espíritu de compartir, que había quedado oculto por la cultura del egoismo.
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