jueves, 26 de abril de 2012

La importancia de la oración

Todas las vidas tienen momentos complicados, cuando debemos tomar decisiones difíciles, y no sabemos cómo afrontar los retos que se nos presentan. Una de las mejores maneras de afrontar los problemas es orar. Pedir discernimiento no es garantía segura de acertar, pero sí que nos va a ayudar en nuestra toma de decisiones. Lo argumenta muchísimo mejor que yo el Papa Benedicto XVI. Disfrutadlo:


La Iglesia de los comienzos se encontró con el problema de atender a los necesitados de la comunidad, que los Apóstoles afrontaron bajo la guía del Espíritu Santo, a quien invocan en la oración. La decisión fue instituir un grupo de siete varones de buena reputación, que se ocuparan de ejercer más específicamente el servicio de la caridad para con los menesterosos, esencial para la Iglesia. Así, los Apóstoles podrían centrarse en la oración y el servicio de la Palabra, propio de su ministerio, sin la presión de otras actividades que los pudieran distraer.

La oración es del todo prioritaria para la comunidad cristiana que, de este modo, sigue alimentándose de su fuente de vida y, por decirlo así, pone en manos del Espíritu Santo la verdadera y última guía del Pueblo de Dios. Por eso, la actividad pastoral en la Iglesia comienza y termina siempre con la plegaria, que da sentido, fuerza y esperanza a todo nuestro actuar. Sin ello, se corre el riesgo de olvidar el alma profunda de nuestras ocupaciones para convertirlas en mero activismo, dictado por nuestros criterios y sentimientos.

Audiencia general del papa Benedicto XVI, 25 de abril de 2012.


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