lunes, 21 de mayo de 2012

Los caminos de Dios son inescrutables

Tomado del blog Desde el 5ºB
 
VERÍDICO:
En una de sus audiencias el Papa Juan Pablo II recibió a la más alta autoridad del judaísmo, Meir Lau, el gran Rabino del Estado de Israel. La entrevista se llevó a cabo en un ambiente fraternal, en la que el religioso judío mostró gran interés por contar al Santo Padre la siguiente anécdota.

Cuenta que, terminada la Segunda Guerra Mundial, una mujer católica se dirigió a un sacerdote  para hacerle la siguiente consulta: Ella y su marido tenían a su cuidado a un niño judío al que les habían encomendado sus padres poco antes de ser fusilados por los nazis; profundamente religiosos, habían suplicado que le educasen en la fe judía que profesaban. El matrimonio que acogió al niño se encontró ante el dilema de educar al niño en la Fe católica o en la judía. El sacerdote les animó a respetar la voluntad de los padres, y el niño fue educado como judío.

El Papa añadió que el también tenía ese criterio, incluso había dado el mismo consejo en idéntica situación.

Lo sé Eminencia, le interrumpió el Rabino, porque fue usted el sacerdote católico de la historia que le he contado... Pero lo que su Eminencia no sabe es que el niño huérfano… era yo.
 
 
 
Desde luego que a veces hay que descubrirse ante el artista de la creación.
 
 

 

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